jueves, 15 de noviembre de 2012

68. PUNK





El punk nos pilló en España a contrapié. En 1977 estábamos intentando construir este país. Tras tres años de guerra y treinta y seis de dictadura lo que importaba entre nosotros era el pacto, la democracia y el entendimiento; cerrar viejas heridas. Los mensajes del punk, la exploración de los límites en la protesta y en la forma de vivir la juventud, nos parecían de otra galaxia. A modo de anécdota  de aquellos días, me acuerdo de que un amigo, al ver unos punkys en Bilbao nos dijo en plan de broma si no les pagaban las discográficas por ir vestidos así.

Sin embargo, cuando a comienzos de los noventa se hizo una fiesta en la sala de exposiciones de esta misma Escuela en la que los alumnos habían preparado escenificaciones y disfraces de grupos musicales, entre folclóricas o remedos pop hubo un grupo de chicos que hizo una perfomance de Sex Pistols y recuerdo que yo me quedé profundamente impresionado del entusiasmo con que vibró la gente. A comienzos de los noventa, cuando yo empezaba con la onda del jazz, los alumnos de esta Escuela sabían lo que era el punk, conocían sus mitos, y entendían su simbología.

Pero... cuando les pregunté a los alumnos de Tercero de Interiores de este curso 2012 2013 qué sabían del punk, me pusieron cara de poker ¿Punk? mmm, ¿Punk? pues.. emmmm...

Azares del destino, les puse el documental THE FUTURE IS UNWRITTEN sobre la vida de Joe Strummer, líder de THE CLASH, justo en la víspera de la Huelga General del 14 de Noviembre, por lo que los mensajes de denuncia, la politización de la música juvenil, las letras de las canciones y los análisis que hacían sus compañeros cuando se rodó esta película al poco de su muerte, nos parecieron de absoluta actualidad. Así empieza la película:


Me pregunto si los jóvenes de hoy no son sino unos devotos de la religión de la letra de esa canción de Joe Strummer que he puesto arriba. Una forma de información fragmentada, la televisión, en la que seguro que habrán echado también el documental de Joe Strummer entre anuncios de colonia para navidad y detergentes que lavan más limpio. Me pregunto también si una música algo más convincente y comprometida que la que actualmente escuchan no les podría proporcionar un poco más de energía, de cohesión y de profundidad.

No sé las respuestas a estas cuestiones pero un documento tan impresionante como esta película debería de estar presente en los planes de estudios. En realidad yo la he conseguido gracias a las descargas de internet, esas que según se rumorea en estos días, quieren cerrar con una nueva ley nuestro propio Ministro de Educación, Sr. Wert, y su Director General de Cultura, Sr. Lassalle. Espero, que a cambio, la compren legalmente y nos envíen copias a todos los centros de educación.

(Por cierto, en la clase del 13 de noviembre sólo vimos la primera hora. Nos faltan por ver los años de maduración de Joe y su época con The Mescaleros. Pero esa es otra historia).