lunes, 3 de junio de 2013

92. OCHO ESCALERAS



Los finales de curso suelen ser tiempo de agobios, prisas y desconcierto, condiciones muy poco favorables para proyectar nada. A falta de cuatro semanas para acabar el curso 2012-2013 de tercero de diseño de interiores teníamos programado un ejercicio de proyectación de una escalera, pero antes que hacer un trabajo de creación malo, incompleto y sin tiempo para su comentario y crítica, pensé que era mejor hacer un trabajo tranquilo y profundo de análisis dibujo y contemplación de unas cuantas escaleras famosas y sacarles todo el jugo posible. Elegí las ocho que pongo aquí. Empezamos con la de la Bauhaus, cuya foto he puesto arriba. Seguimos con la escalera de la Biblioteca Laurencia de Miguel Angel:


 Y de ahí pasamos a una escalera de Arne Jacobsen de uno de esos grupos escolares que construyó al final de su carrera:


La cuarta escalera que les propuse para estudiar y dibujar fue la de Alvar Aalto en Jivaskjila:


De  ahí saltamos hacia atrás en el tiempo para admirar la continuidad decorativa de la estructura, la barandilla y las pintura de pared y techo en la escalera de la casa de Victor Horta en Bruselas:

 

En solo cuarenta años toda esa decoración desapareció de nuestro panorama cultural pero los albañiles eran capaces aún de construir rampas de rasilla "a la catalana" como en esta escalera tan mínimal o tan esencial en Madrid:


La séptima escalera que vimos fue la de la casa que Robert Venturi diseñó para su madre en Chestnut Hills, Philadelphia:


Y la última que estudiamos, la más cercana quizás a la escala del decorador, la desaparecida escalera de Barba Corsini en los apartamentos de La Pedrera:


Cada una de estas escaleras dio para una clase de análisis y comentarios por parte del profesor y de anotaciones y dibujos por parte de los alumnos. Con cada una de ellas se podría escribir al menos una Pequeña Lección de Diseño, pero eso será en otro curso porque ahora toca hacer memorias, recuperaciones, exámenes de ingreso, preparar el curso siguiente y todas esas engorrosas tareas y burocracias que nos trae siempre junio.